(cuarta y última parte)
El diálogo es una búsqueda, entre dos personas, de una misma verdad, y eso es lo que tiene de hermoso, de conmovedor este profundo diálogo en el momento de la más profunda crisis de pareja. Una vez que se ha redondeado el diálogo, nuestra visión de la problemática y de la relación será muy distinta. Entonces viene una segunda etapa que es la Reflexión.
Reflexión que nos va a permitir aceptar nuestros errores, comprender si efectivamente fueron errores o no. Así se logra ubicar la definición clara de los desacuerdos. No se trata de encontrar un desacuerdo y declarar una guerra, sino en saber en qué no nos ponemos de acuerdo y por qué no nos ponemos de acuerdo. Esto va a traer un segundo nivel de profundización, de aceptación. La reflexión con respecto a los errores que hemos cometido, la aceptación de esos errores; el aprendizaje ----qué debo aprender de esta experiencia que viví----.
En el amor siempre hay una segunda oportunidad, siempre. Condenar una relación sin una segunda oportunidad es no darle la posibilidad a una persona de que se supere. Una pareja, habiendo definido claramente la problemática, habiendo aceptado claramente los errores y mostrando la disposición para resolverlos, está diseñándo lo que se llama la segunda oportunidad. Sin segunda oportunidad no hay posibilidad de correción de la conciencia en la evolución humana. Tenemos que saber, claramente, que esta segunda oportunidad puede ser en forma muy clara una segunda y última oportunidad. Cada uno de los miembros de la pareja tiene que saber lo que está poniéndo en juego al dar esta segunda oportunidad; pero sabiendo que no debe uno comprometerse a aquello que no se és capaz de cumplir. Hay ciertas cosas que todos sabemos de antemano que no las vamos a cumplir o que no las podemos cumplir aunque nos gustaría cumplirlas; pero si no podemos, lo mejor es reconocerlo; reconocerlo y buscar entonces las mejores opciones.
¿Qué es la reflexión?. La reflexión es: 1.- Agotar la etapa del diálogo hasta que la problemática surge muy nítida. Y una vez que ha surgido esa problemática... 2.- La aceptación total de este principio de realidad: el problema común: en las relaciones de pareja no hay “tu problema” y “mi problema”; “tu problema es mi problema” y en consecuencia es “nuestro problema”.
En la relación de pareja siempre se habla de la problemática de pareja, no de un solo individuo. Si hay un individuo que está insatisfecho, con eso es suficiente para que la relación de pareja no marche bien. Todo se puede arreglar, todo, siempre y cuando exista la voluntad cierta, genuina, intensa, por parte de los dos, de continuar la relación y de arreglar la problemática. Entonces, ¡adelante!. Pero cuando esa voluntad se ha perdido; cuando en el fondo hay uno o una que ya no quiere, ese uno o una ya no se va a meter en ese trabajo tan intenso ----porque es un trabajo muy intenso----, que reclama tiempo, reclama energía, reclama mucha atención, para poner en orden la casa; para poner en un perfecto estado de armonía la relación de pareja.
Cuando ya no hay ese deseo, todo se ha perdido. Cuando ya los dos no coinciden en querer resolver la problemática, todo se ha perdido. Pero cuando existe esa voluntad, ese deseo, entonces, aplicando este trabajo, que consiste en cuatro pasos, con mucho detenimiento, podemos llegar a un claro perfil de acciones bien definidas:
Si ya se logró el diálogo; se procede a la reflexión. Sobre ese diálogo requerimos tiempo, es necesario que las cosas se asienten; pero sin precipitaciones. La precipitación es la peor consejera, especialmente en el análisis de las relaciones afectivas, amorosas, sexuales, donde hay tantos elementos tan cambiantes en el tiempo, tan difusos, en ocasiones tan inaprensibles. Siempre se requiere tiempo.
Una vez que se ha dado esta reflexión, en ella se busca la mejor opción, la reflexión es la búsqueda de la mejor opción. Entonces se deben plantear las distintas opciones que tenemos para la resolución del problema; todas, sin ningún miedo. Una vez que se ha llegado a esta definición de opciones, la etapa de la reflexión termina y se inicia la tercera etapa, la etapa de la Decisión, la toma de decisiones.
Y aquí la pareja tiene que explorar punto por punto y paso por paso las opciones que delimitó. ¿Cuál es la mejor opción?. La mejor opción es aquella que convenga a los dos, la que represente la mejor solución para los dos; la verdadera opción es aquella que es la más benéfica para ambos involucrados; después se pasará a la acción.
La acción tendrá entonces un enorme sentido; es decir, la acción podrá llevarse en perfecta armonía, no es precipitada, ni contradictoria, ni agresiva. Será una acción que se lleve a cabo entre los miembros de la pareja para el beneficio de los dos.
Si el diálogo ha sido correcto, si la reflexión ha sido correcta, si la decisión ha sido la indicada, la acción va a beneficiar a todos. Es decir, habrá mayor paz, mayor armonía, mayor plenitud; y esto quiere decir que existe un buen término de cualquier problemática, en cualquier sentido.
Reflexión que nos va a permitir aceptar nuestros errores, comprender si efectivamente fueron errores o no. Así se logra ubicar la definición clara de los desacuerdos. No se trata de encontrar un desacuerdo y declarar una guerra, sino en saber en qué no nos ponemos de acuerdo y por qué no nos ponemos de acuerdo. Esto va a traer un segundo nivel de profundización, de aceptación. La reflexión con respecto a los errores que hemos cometido, la aceptación de esos errores; el aprendizaje ----qué debo aprender de esta experiencia que viví----.
En el amor siempre hay una segunda oportunidad, siempre. Condenar una relación sin una segunda oportunidad es no darle la posibilidad a una persona de que se supere. Una pareja, habiendo definido claramente la problemática, habiendo aceptado claramente los errores y mostrando la disposición para resolverlos, está diseñándo lo que se llama la segunda oportunidad. Sin segunda oportunidad no hay posibilidad de correción de la conciencia en la evolución humana. Tenemos que saber, claramente, que esta segunda oportunidad puede ser en forma muy clara una segunda y última oportunidad. Cada uno de los miembros de la pareja tiene que saber lo que está poniéndo en juego al dar esta segunda oportunidad; pero sabiendo que no debe uno comprometerse a aquello que no se és capaz de cumplir. Hay ciertas cosas que todos sabemos de antemano que no las vamos a cumplir o que no las podemos cumplir aunque nos gustaría cumplirlas; pero si no podemos, lo mejor es reconocerlo; reconocerlo y buscar entonces las mejores opciones.
¿Qué es la reflexión?. La reflexión es: 1.- Agotar la etapa del diálogo hasta que la problemática surge muy nítida. Y una vez que ha surgido esa problemática... 2.- La aceptación total de este principio de realidad: el problema común: en las relaciones de pareja no hay “tu problema” y “mi problema”; “tu problema es mi problema” y en consecuencia es “nuestro problema”.
En la relación de pareja siempre se habla de la problemática de pareja, no de un solo individuo. Si hay un individuo que está insatisfecho, con eso es suficiente para que la relación de pareja no marche bien. Todo se puede arreglar, todo, siempre y cuando exista la voluntad cierta, genuina, intensa, por parte de los dos, de continuar la relación y de arreglar la problemática. Entonces, ¡adelante!. Pero cuando esa voluntad se ha perdido; cuando en el fondo hay uno o una que ya no quiere, ese uno o una ya no se va a meter en ese trabajo tan intenso ----porque es un trabajo muy intenso----, que reclama tiempo, reclama energía, reclama mucha atención, para poner en orden la casa; para poner en un perfecto estado de armonía la relación de pareja.
Cuando ya no hay ese deseo, todo se ha perdido. Cuando ya los dos no coinciden en querer resolver la problemática, todo se ha perdido. Pero cuando existe esa voluntad, ese deseo, entonces, aplicando este trabajo, que consiste en cuatro pasos, con mucho detenimiento, podemos llegar a un claro perfil de acciones bien definidas:
Si ya se logró el diálogo; se procede a la reflexión. Sobre ese diálogo requerimos tiempo, es necesario que las cosas se asienten; pero sin precipitaciones. La precipitación es la peor consejera, especialmente en el análisis de las relaciones afectivas, amorosas, sexuales, donde hay tantos elementos tan cambiantes en el tiempo, tan difusos, en ocasiones tan inaprensibles. Siempre se requiere tiempo.
Una vez que se ha dado esta reflexión, en ella se busca la mejor opción, la reflexión es la búsqueda de la mejor opción. Entonces se deben plantear las distintas opciones que tenemos para la resolución del problema; todas, sin ningún miedo. Una vez que se ha llegado a esta definición de opciones, la etapa de la reflexión termina y se inicia la tercera etapa, la etapa de la Decisión, la toma de decisiones.
Y aquí la pareja tiene que explorar punto por punto y paso por paso las opciones que delimitó. ¿Cuál es la mejor opción?. La mejor opción es aquella que convenga a los dos, la que represente la mejor solución para los dos; la verdadera opción es aquella que es la más benéfica para ambos involucrados; después se pasará a la acción.
La acción tendrá entonces un enorme sentido; es decir, la acción podrá llevarse en perfecta armonía, no es precipitada, ni contradictoria, ni agresiva. Será una acción que se lleve a cabo entre los miembros de la pareja para el beneficio de los dos.
Si el diálogo ha sido correcto, si la reflexión ha sido correcta, si la decisión ha sido la indicada, la acción va a beneficiar a todos. Es decir, habrá mayor paz, mayor armonía, mayor plenitud; y esto quiere decir que existe un buen término de cualquier problemática, en cualquier sentido.
4 comentarios:
Creo que a la mayoría de la gente (sobre todo a los hombres) se les olvida que si bien es verdad que se esta con una persona por gusto, también que ese gusto puede venir de muhcas cosas que no son amor, es decir, la gente se acostumbra y le da miedo el cambio y por eso decide quedarse donde esta; o bien le conviene económicamente o de forma social y así infinidad de cosas que van haciendo que una persona decida estar donde esta y con quien esta, pero eso no es amor, ni siquiera por uno mismo. Es por eso que la mayoría de las veces (sobre todo las mujeres) pedimos que se nos exprese con palabras, además de con actos el porqué están con uno; la mayoría de las veces suelen preguntar ¿me amas?...y lo
(...continua) que en realidad se esta queriendo transmitir es justamente si en verdad hay un sentimiento profundo, si en realidad es amor, o es algún derivado.
Por supuesto el amor en pareja cambia con el tiempo se deja de ser tan apasionado y se solidifican otros ámbitos, pero eso no quiere decir que no sea amor, lo complicado es darse cuenta cuándo deja de ser amor y se convierte en costumbre, comodidad o incluso mera amistad que si bien es necesaria en la relación de mareja no es igual y entonces es necesario seguir por caminos distintos.
A veces es complicado ver que se deja de amar como pareja a alguien y que se le quiere sólo como amigo, la diferencia siempre la comunicación sexual que hay entre dos que se aman, que por supuesto no hay entre amigos.
Seria bueno plnatearse este último escenario y poder reflexionar sobre el tema, me gustaría saber tu opinion.
Segundas Oportunidades, en lo más importante del ser humano, que es la vida emocional?
Si para aprender a caminar, nos tuvimos que caer, no sé cuántas y cuántas veces, quiere decir que si hubiéramos tenido dos oportunidades, nadie caminaria.
Si para lograr una gran obra de arte, hubo que haber veinte bosquejos, una y otra vez se tuvieron q adecuar las tonalidades de los colores, q hubiera sucedido si sólo se hubiera tenido una segunda oportunidad?. El mundo entero se hubiera privado de tantas maravillas q nos muestra el arte.
Las y los grandes bailarines, se caen una y otra vez, hasta que logran hacer la ejecución perfecta.
Incluso en la vida profesional, en esta época de crisis económica y desempleo, sólo podemos perder el trabajo en dos ocasiones?, nos vamos encerrar a lamentarnos y únicamente contemplar el paso de la vida?, si fuera así, seríamos unos mediocres.
Si en nuestra vida, luchamos por tener un mejor coche, una mejor casa, un mejor sueldo, pq en la relación de pareja vamos a hablar de segunda y última oportunidad?; desde mi punto de vista el ser tan tajantes y definitivos en ese aspecto, sólo es privarnos de verdaderamente tener una vida en común que dure hasta el fin de nuestras vidas.
Si uno le pregunta a los matrimonios, que sí han podido tomarse de la mano y compartir una vida en común por muchos años, Cuántas oportunidades se han dado en todos esos años?, JAMÁS hablan de oportunidades, hablan de experiencias cambiantes, e incluso difíciles, las cuales las han hablado y las han superado juntos, siendo los acuerdos tomados, en ocasiones de una manera implícita, sin ni siquiera haberlas discutido.
Con el tiempo la pareja se va conociendo mucho mejor, y siempre se mantiene el objetivo en común.
Quizás en la actualidad, las personas sí manejen segundas y últimas oportunidades, y cuál ha sido la consecuencia?, que en la actualidad sólo se piensa en la individualidad, y no en el bien común de la pareja, por eso se van perdiendo los valores de familia y de la sociedad.
La vida no se cuantifica, se disfruta y se vive, si no sólo veremos irse cada día nuestra felicidad.
Con relación a la pregunta qué hace una lectora, de si el amor termina en amistad, desde mi punto de vista NO.
Hay que recordar que los grandes amores no se separan, sólo viven recesos.
....(continuación).
El verdadero amor y el que debe regir a una relación de pareja, es el amor divino, que es el amor de crecimiento y evolución, de perfeccionamiento del alma, es el amor que nos acerca a un nivel de espiritualidad, es el amor que no conoce de rencores, de egoismo, de intereses, que no cuantifica los errores y en su vocabulario no están las oportunidades.
Cuando dos seres humanos aman, pero realmente con ese amor divino, abriendo y entregando su corazón y su alma, sí podrán vencer cualquier obstáculo, no cuantificarán y no procesarán, sino continuarán hacia adelante.
Los grandes amores, no tienen amistad, ya que siempre hay un dejo de inquietud, ahora bien, si ese " amor", se mengua hasta la amistad, no nos equivoquemos, no tratemos de justificarnos, lo que sentimos, no fue amor, sino un simple enamoramiento.
Recuerden que "El amor se siente, y la pasión se vive."
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