martes, 31 de diciembre de 2013

Petición y agradecimiento a 2013.

   "¡¡Adiós 2013!! Y gracias por tu ayuda. Espero que 2014 será tan bueno para mí como lo fuiste tú. No aparezco en las listas de la gente famosa ("Quién es Quién"), pero sí en la lista de los que aún siguen vivos, lo cual es más importante. Quiero agradecerte por ello, 2013; podría tan fácilmente haber sido una historia muy diferente. ¿Tienes alguna influencia sobre 2014? ¡Ejércela! ¡Bien! Y, por favor, hazme un favor más y pídele que me otorgue las mismas oportunidades. Sabes que probablemente enfrentaré momentos difíciles, que mi corazón podría sufrir, mi salud padecer, mi estabilidad romperse, y que mi paz interior que con tanto trabajo he sostenido bajo tu reinado podría descomponerse en algún momento del 2014, así que pídele que mantenga mi suerte calientita, lista, a fuego lento, hasta que la necesite. Nuevamente, 2013, ¡gracias por tu ayuda! Que Dios te bendiga, año 2013."



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Les deseo un excelente inicio de año 2014 y uno mis mejores deseos a las buenas intenciones que albergan en sus corazones y evocan hacia sus seres queridos y sus propios proyectos personales. Ha sido agradable compartir el 2013 con ustedes; sé que en el 2014 fortaleceremos lazos de amistad que hemos creado y reforzado con nuestras charlas, reuniones y encuentros, según ha sido el caso de cada uno.

 Sabemos bien que todos atravesamos periodos de transición y que algunas veces su recorrido nos lleva por experiencias amargas y que tales vivencias suelen poner a prueba nuestra fortaleza, inteligencia y madurez; ahora mismo algunos de nuestros seres queridos atraviesan periodos difíciles que pudieran imprimir un tono distinto a estas fechas. Con todos ellos está mi pensamiento y mis votos por su pronto bienestar y su desarrollo; sé bien que el Amor los alcanza y les hace sentir respaldo, consuelo y fuerza para continuar. ¿Hasta qué punto es grande y reconciliador sentir la certeza y la seguridad de compañía y comprensión en medio de las horas amargas y los momentos de plenitud?... sé que todos tenemos algo que decir al respecto.

Sea pues y reciban mi abrazo cordial y mis mejores deseos para este inicio de 2014, los eventos personales y colectivos son suficientes para mostrarnos tendencias gratas y riesgos en el futuro inmediato y a todos nos compete rescatar los valores de actitud propios de los periodos de cambio.  El sentido común organizado es lo que genera los valores tendientes al verdadero instinto gregario de la Humanidad, basado en el orden, en la tolerancia, la generosidad y el respeto.  “Conocer para comprender, esta es una máxima que debemos buscar todos los días. La razón es simple, sencilla:  La raíz del cambio está en que todos pensemos diferente pero que estemos unidos por un propósito común. Pienso que la carencia de propósito común es lo que genera la intolerancia y la lucha entre las diferencias en lugar de plantear la complementariedad; esa es la génesis del ansia de poder y del egoísmo. La pérdida de la conciencia de los principios que rigen la convivencia humana es lo que genera la actitud de escasez mental e imaginativa, y polariza las concepciones llevando al egoísmo y al menosprecio propio y de los demás.

Cuídense mucho y disfruten de sus familiares y amigos.  A la hora de brindar, levanten sus copas también a favor de todos nosotros y de los tiempos por venir...

¡Felicidades!

sábado, 28 de diciembre de 2013

La Moral: hábitat de la Felicidad.

En nuestros días, las sociedades corrompidas tienen el sentimiento natural pervertido por la pobreza y el enojo, o por las desviaciones de una imaginación desenfrenada. La superstición es, frecuentemente, su enfermedad. El entusiasmo es una conmoción violenta en ciertas personas. El entusiasmo es el delirio de la razón, como la superstición es la depravación del sentimiento. Es necesario comenzar por establecer el sentimiento natural, porque si éste está pervertido, la razón se extingue, se transforma. El prejuicio, la mentira, la reemplazan y el ser humano se pierde sin remedio.

Con los sentimientos naturales y una lógica sana, la razón brota pura y casta; el sentimiento natural no hace sino ayudar a desarrollar la lógica, no hace sino fortificarla, de modo que no pueda ilusionar al individuo ni perderlo entre sus cálculos.

Para fomentar esta dinámica entre la razón y el sentimiento, es necesario un ejercicio de expresión, una libertad de pensar, entera y absoluta; y una libertad de hablar y de escribir todo lo que no hiera el orden social es el fundamento de la moralidad, de la libertad y de la felicidad individual. El derecho natural no debe estar limitado más que por una ley precisa, y esta ley no debe prohibir más que los actos directamente contrarios a la sociedad.

Sin libertad no hay ni energía, ni virtud, ni fuerza. Sin energía, sin razón, sin virtud, sin fuerzas, no hay sentimiento ni razón natural; no hay, absolutamente, felicidad. Por la constitución moral, el sentimiento goza de todo el desarrollo de que es susceptible. El hombre se identifica con la mujer, se retrata en sus hijos, se expande en la amistad, goza de la naturaleza, vive la vida de su país, de la felicidad de los suyos. Por la constitución moral, la razón gradúa el calor del sentimiento, le asegura su duración, lo ilumina, contiene la  imaginación y determina al individuo cuál debe ser su conducta externa. Por la perfección moral, el humano se perfecciona, goza de la perfección. Aconseja, prevé, disfruta de su utilidad de su previsión. He aquí las leyes de la constitución u organización humana. Gozando se le ve feliz.

La ambición, la avidez de riquezas, la lujuria o toda otra pasión que se apodere del individuo, hieren de muerte al reposo, o, al menos por un tiempo, a la felicidad. La pasión violenta desordena el orden de la constitución natural: todos los órganos son turbados en sus funciones, caen en la anarquía. Desde este punto de vista es destructora de la libertad animal.


La pasión violenta aniquila el sentimiento dulce y sublime a la vez, de la existencia, de la amistad, de la gratitud, del tierno respeto. Entonces, la naturaleza pierde sus atractivos; la espuma densa de la efervescencia los oculta a los ojos. La pasión violenta quiere aquello a que tiende. No sufre oposiciones, en absoluto. La razón desaparece y la persona queda abandonada, sin defensa. Pero la pasión aún no queda contenta: llama en su auxilio a la imaginación desarreglada que, altiva y gozosa de la humillación de su enemiga, la razón, se apodera de su víctima para atormentarla con todo tipo de males. La felicidad es, entonces, incompatible con una pasión violenta, puesto que ésta es destructora del orden animal, del sentimiento y de la razón natural.

La ambición es, como todas las pasiones desordenadas, un delirio violento e irreflexivo que no cesa sino con la vida. Todas las pasiones violentas son insaciables; la imaginación es la que quema nuestra sangre, la que irrita nuestra disposición para conmovernos, la que produce la inquietud... Observen las grandes pasiones: verán en ellas los mismos síntomas. ¿De dónde vienen las pasiones desordenadas?: de la privación de los goces naturales. Privado de los goces naturales, el fuego del sentimiento carece, en absoluto, de curso: fermenta y produce la pasión; y la imaginación, verdadera Caja de Pandora, receptáculo de todos los vicios, viene a desarreglar todos sus apetitos.

He aquí nuestra historia: dominen sus pasiones desde su origen o serán dominados; en esto no hay términos medios. Las tempestades del océano son preferibles a la estupidez absoluta, al libertinaje envilecedor.

La persona virtuosa es aquella que desea triunfar impulsada por el sentimiento puro de contribuir a la felicidad pública; quien se siente con valor, con firmeza y con talento. Dominará la ambición en lugar de ser dominado por ella y desde ese momento podrá gozar del sentimiento y de la razón; gozará siempre de la libertad moral.

Hacer la propia felicidad y contribuir a la de los demás, es el único culto digno del Eterno... Vivan, entonces, felices por su interés y para agradar a la Naturaleza, creadora de este universo. No se dejen seducir jamás por la avidez ni por la pasión violenta, para poder, así, sentir y razonar. Vivan conforme a su naturaleza; sientan y razonen según el sentimiento y la razón natural, y serán felices.


martes, 24 de diciembre de 2013

Historia Visual - Navidad 2013


Navidad 2013

Algunas personas han despertado en mí el noble deseo de mirar profundamente el alma del vasto mundo. Y sé que eso puede ocurrirle a toda la gente. Diríase que quien nos transmite la viva llama de la belleza, el afán de alcanzar lo inalcanzable, fue necesariamente inspirado por otro ser, por la gracia del mundo,  por la persona que amó.

Por la contemplación de ese cielo inmaculado o por el regalo prodigioso de un ser amado, sentimos el esplendor de la vida, advertimos la esencia escondida en las cosas: por el espíritu que, en los momentos más lúcidos parece corporeizarse; o por la carne, que en el amor parece iluminada.

Existen los grandes cantores del espíritu, los videntes apasionados, los que con sus palabras nos señalan una ruta mística que ha de conducirnos al pleno goce de la vida, y nos dejan también el recuerdo de un amor que, nacido en la sangre, creció hasta confundirse con las más profundas adivinaciones, hasta ser guía de su vida, musa de su inspiración.

Lo desconocido, lo incompleto, aquello de que sólo tenemos un indicio, es lo que despierta el ansia de totalidad y perfección, de plenitud; el ansia de una plenitud nunca alcanzada y, probablemente, inalcanzable. No nos engrandecemos sino engrandeciendo los misterios que nos abruman. Mi espíritu no se conforma con las apariencias: busca la desnudez del mundo. Engrandece los misterios para encontrar, en una atmósfera superior, las relaciones sorprendentes, las posibles analogías; los caminos redentores, esclarecedores. Un vivo afán desencadenar el alma, por poner en libertad al ser poderoso y mágico que llevamos dentro.

Esa pasión por romper la fría y endurecida cáscara del mundo para ver y sentir, tras las apariencias, el mundo fluyente es, en primer lugar, su pensamiento; ese es su punto de partida. Todos somos, en éste como en otros sentidos, hermanos. Pensamos lo mismo, aún sin saber que lo pensamos. Vivimos por lo mismo y para lo mismo. Una verdad escondida es lo que nos hace vivir. Aún la enfermedad, el mal, la aceptación del dolor, la nostalgia de infinito y lo que llamaríamos la luz de la voluptuosidad, son motivos de inspiración.

Constituyen un apasionado e indecible himno a la vida escondida y poderosa: a la vida no vivida. Son, al mismo tiempo, un camino de luz dentro de nuestra propia alma... Todo ello fluye en los arrebatos de nuestra esperanza y en las melancolías de nuestro desaliento. No importa que la verdad prevista no aparezca fácilmente; hay que buscarla eternamente,  peregrinar en su busca; existe, debe existir. Radica en la identidad absoluta de lo objetivo y lo subjetivo, y va marcando la lejanía del tiempo y la proximidad del corazón. Ese mundo espiritual y armonioso en el que se funden melancolía y esperanza; la ilusión, el mito y la nostalgia.

Lo verdaderamente humano son esos pensamientos impregnados de ese perfume especial de nuestra alma. Sin esfuerzo se reconoce ese perfume que ninguna lengua podrá definir jamás. Pero aún mi pensamiento lo intenta, vertido directa, nerviosa y casi ciegamente sobre el papel. Esta carta dedicada a todos ustedes es un ejercicio más del alma y del amor.

Os deseo a todos una celebración de Navidad santificada por la paz interior, la concordia, la convivencia, la reciprocidad de los buenos deseos y la mutualidad de la buena voluntad. A cada uno de ustedes os hago llegar mi amor, mi fuerte abrazo, mis mejores deseos y mis saludos cordiales. Levanto mi copa y brindo por su salud y la de sus seres queridos.
¡Feliz Navidad para todos!


domingo, 22 de diciembre de 2013

Historia Visual - Guanajuato, 1988.


La Razón: Guía del Sentimiento.

La razón es la perfección por medio de la lógica. La lógica es la facultad que nos lleva a comparar. Hay verdades que sólo el sentimiento puede demostrar: son las verdades de los sentimientos. Hay verdades de lógica pura: todas las verdades matemáticas, por ejemplo. En las ciencias morales, una verdad del sentimiento desarrollada por una lógica natural da por resultado la razón, o una serie de verdades que perfeccionan a la sociedad y que prescriben reglas de conducta.

Hay una lógica universal, común a todas las naciones, a todos los siglos. La razón es como la verdad, como el sentimiento natural. Es preciso no confundirla con el prejuicio ni con la mentira. La razón es precisada por el sentimiento, del cual es la regla. El sentimiento es ardiente, vivo, precipitado. La razón se forma en la calma de las pasiones: ¿Llega la tempestad?. Entonces la persona recuerda resultados, principios de los cuales está imbuido, se modera y se guía.

Todo es posible a los ojos del sentimiento; de ahí esos fantasmas que la imaginación agiganta hasta lo infinito y que sólo la razón puede desvanecer. Lo que en realidad ha sido, es lo que és a los ojos de la razón. Lo que es, es lo que ella concibe posible. El humano no debe entregarse al impulso de sus sentidos sino en tanto le sea preciso para su conservación animal. Por el sentimiento gusta de los verdaderos placeres. La razón no sólo le asegura su duración sino, más aún, se los procura bastante vivos para merecer un lugar distinguido en el repertorio de sus gustos.


Todos los goces de la observación pertenecen a los de la razón. Por ellos, el ser humano se perfecciona. Un acto de perfección es un acto de fuerza, de poder. De ahí que el sentimiento de su excelencia impresione en tal caso agradablemente al individuo, y éste goce.

Por medio de la razón se prevé y se aconseja. La razón traza nuestros deberes y modifica el sentimiento de nuestros derechos; la razón prevé el futuro aprovechando el pasado. Si el sentimiento hace nacer a la sociedad, la razón la mantiene aún. La razón se desarrolla en el sentimiento natural y engrandece al alma.

El sentimiento solo, nos lleva a la virtud; el sentimiento exaltado por la razón nos lleva al heroísmo. Esta fuerza indomable, esta calma inalterable, es la perfección de la sabiduría. Si el estoico desprecia a la muerte, si aprecia el dolor, si lo sobrepasa y si lo desprecia al mismo tiempo, es por la fuerza de la razón. Si apaga en su corazón todos los sentimientos para dar curso solamente a los de la fuerza y la virtud, si no da nada a los sentidos, a la imaginación, al azar; si todo es en él fruto de la filosofía y de su deber, su vida es el reinado de la razón.


domingo, 15 de diciembre de 2013

Historia Visual.


La Naturaleza: Lógica del Bienestar.

El desarrollo desvinculado de los valores naturales genera concepciones erróneas y contrarias a la lógica de la Naturaleza y, por ende, a la lógica de la especie. Ello trae consigo un desorden interno y una confusión que confronta a los valores sociales con la tendencia natural al bienestar. Como resultado, una imaginación desarreglada es la causa, la fuente de todos los males de la especie humana.

El individuo desdichado y caprichoso no puede ser bueno. La rebelión contra los decretos de la naturaleza conduce al desorden, a la disipación menos reflexiva, y muchas veces a la hipocresía. La inquietud, el disgusto, la enfermedad, la muerte desoladora de la soledad, son la herencia de quien no cumple con las leyes esenciales.

Por eso es que, en las sociedades actuales, es necesario que no haya más autoridad que la ley. La seguridad de todos, la felicidad individual, dependen de la disposición del Código Penal; que la ley sagrada de los jurados reales sea adoptada. Si la felicidad y la libertad mismas vinieran a la tierra no dictarían, absolutamente, otra ley.


Nacemos desiguales en medios, sin duda, pero iguales en derechos. Pero si adoptan otros principios la base humana se desequilibra, languidece en la angustia y no tiene de la naturaleza, más que la apariencia.

Y como ya se ha visto, en varios momentos de la historia, si las naciones tienen el sentimiento depravado, todos los absurdos encuentran crédito, todos los crímenes encuentran defensores. Religión, legislación, moral, derechos, todo es un caos.

Así es que, si todas nuestras instituciones tienden a destacar en toda instrucción a este sentimiento de la conciencia, y él sabrá conducir a las personas a la virtud y a la felicidad. Nada de código de moral, nada de catecismo de probidad; no son más que palabras que es preciso enseñar a los pueblos; el sentimiento natural es el que hay que impedir que se corrompa.


domingo, 12 de mayo de 2013

El Sentimiento: primer ingrediente de la Felicidad.


¿Qué es el sentimiento? Es el vínculo de la vida de la sociedad, del amor, de la amistad. Es el que une el hijo a la madre, el ciudadano a la patria. Es, sobre todo, poderoso en el ser unido y sensible a la naturaleza. La disipación y los placeres de los sentidos embotan la delicadeza; pero en el infortunio, el individuo vuelve a encontrarla siempre: este agente consolador no nos abandona enteramente más que con la vida.

¿No queda clara esta explicación? Sube a uno de los montes más altos, observa al sol elevándose gradualmente, llevar el consuelo y la esperanza a la cabaña del labrador. Que el primer rayo que lance sea recogido en tu corazón. Recuerda bien las sensaciones que disfrutarás. Desciende a las orillas del mar; observa el astro del día en su caída, precipitarse con majestad en el seno del infinito: la melancolía te dominará y te abandonarás a ella. No te resistas a la melancolía de la naturaleza.

Extravíate en el campo, refúgiate en la sencilla cabaña del pastor; pasa ahí la noche, acostado sobre pieles, con el fuego a los pies. ¡Qué momentos!. La media noche llega; los animales de los alrededores salen a pacer; su balido se confunde con la voz de sus conductores: es media noche, no lo olvides. ¡Qué momentos para entrar en ti mismo y meditar sobre el origen de la naturaleza, gustando las delicias más exquisitas!. No es absolutamente humano quien no haya gustado la dulzura, la melancolía, los estremecimientos que inspiran la mayor parte de estas situaciones.

Pero en la vida de diario parecen haberse perdido estas conexiones con el planeta. No son pocos quienes se quejan de la naturaleza, y se preguntan por qué hemos nacido. Y sufren con impaciencia los males pasajeros. Asimismo, el ser humano considera hermoso rodearse de todos los bienes de la fortuna; sin embargo, en el momento en que sus sentimientos huyen de su corazón, el aburrimiento se apodera de él; la tristeza, la negra melancolía, la desesperación, se suceden, y si este estado perdura, se da la muerte.

Por el sentimiento, gozamos de nosotros mismos, de la naturaleza, de la patria, de las personas que nos rodean. Nos hace conmovernos ante el aspecto de las diversas alternativas de la vida. Nos transforma en amigos de lo bello, de lo justo, nos subleva contra el opresor, el miserable, el idiota y el malicioso.  El mismo sentimiento nos inspira la Simpatía; ¿alguien te inspira respeto, confianza?. Son el respeto y la confianza del sentimiento.

Puesto que para ser feliz es preciso sentir; puesto que el sentimiento es la conmoción que nos afecta tan deliciosamente ante las perspectivas variadas de la naturaleza; puesto que el sentimiento que nos une al país, nos inspira el amor, la amistad, la gratitud; puesto que es el vínculo que une al humano a la inteligencia superior, al individuo a la sociedad, la persona a la persona; en consecuencia, por él y para él vivimos. Por tanto, se debe buscar, sobre todo, desarrollarlo, hacerlo crecer según el impulso del bien natural. Evitarás los obstáculos de todo tipo que lo apagan y destruyen, y hacen del hombre un ser ficticio, secundario, instrumento de otro y, a partir de entonces, de su desgracia.

Pero, ¿qué sentimientos se le deben inspirar?. Los de la naturaleza. Una pareja es necesaria al juego de nuestra organización biológica; pero lo es mucho más para la satisfacción del movimiento. Es la compañía de la naturaleza, hecha expresamente, modificada expresamente; que la reciba, por lo tanto, como tal y que, identificándola con su ser, llegue a serle inseparable. Que su corazón se expanda en su otro yo. Cuanto más fuertes sean contra los deseos desordenados, uno y otro serán más sensibles a los encantos de la vida. La dulzura de la unión corregirá las severidades de la quimera, hará más tierna la melancolía, los goces más variados, el sentimiento más abundante y más fértil aún.



jueves, 2 de mayo de 2013

Historia Visual.


La Naturaleza de la Felicidad.


En la lógica de la especie, adaptada a la vida social, después de la inconciencia de la infancia, viene el despertar de las pasiones: el hombre elige entre sus compañeras de juegos a la que debe serlo de su destino. Sus brazos vigorosos, de acuerdo con sus necesidades, piden trabajo y una oportunidad para desarrollarse, de acuerdo con sus aptitudes, guías de su vocación.

Se contrastan intereses y necesidades contra estructuras y posibilidades: se hace evidente que se debe proveer de lo necesario. Es preciso alimentar, albergar y proporcionar sustento a una familia entera. Comienzan los problemas de la mantención: el pan faltará, el corazón se romperá a cada instante; la sensibilidad se rebelará; la razón se ofuscará: “¡oh, qué vida!. Viviré abatido, miserable, quizá pordiosero: ¡viviré desgraciado!. ¿He nacido para esto?”.

En busca de una explicación lógica, se busca, entre otros, al sacerdote depositario de la confianza y se expone las dudas; y el sacerdote responde: “Hombre, no reflexiones jamás sobre la existencia de la sociedad... Dios conduce todo, abandónate a su providencia... Esta vida no es más que un viaje... Las cosas son aquí hechas por una justicia cuyos decretos no debemos profundizar... Cree, obedece, no razones y trabaja: he aquí tus deberes....” Pero un alma altiva, un corazón sensible, una razón entera, no pueden quedar satisfechos con esta respuesta. Las dudas y las inquietudes aún la acosan. Se busca a los sabios más instruidos, encontrando en ellos respuestas similares, en las que la injusticia y el rendimiento a ultranza encuentran justificación y dictan visiones distintas a las del sentido común.

Se manifiesta entonces el mecanismo de las sociedades, en contraposición a la tendencia natural inspirada por la justicia y la igualdad. Es la trama de la competencia, de la sobrevivencia, que destapa el lado contrario a la lógica del bienestar y la tranquilidad, como requisitos de vida. Sin embargo, el carácter sagrado de la naturaleza se haya trazado en ti con toda su energía: consérvalo siempre para vivir feliz y fuerte. Para vivir es preciso sentir y razonar, y, en consecuencia, no estar dominado por la necesidad física.¡La familia y los amigos son los mejores elementos para llenar la vida del corazón!. ¡Cuídate solamente de la avidez de las riquezas!. Las riquezas no influyen en la felicidad, sino en tanto nos procuraron o nos niegan lo físicamente necesario. Pero si tienes lo suficiente y el hábito del trabajo, debes saber gobernar tu imaginación. Entre un alma ardiente y una imaginación desarreglada no hay sino que poner la razón de por medio.

La felicidad está especialmente en la posición y en el estado de equilibrio, porque es el de la razón y el sentimiento. Hay que ser humano, pero serlo de verdad: Vivir dueño de sí: sin fuerza no hay virtud ni felicidad. Estos sentimientos valores sólo los reúne la Naturaleza para el beneficio y la consolación de la especie.

La persona a quien las leyes no han dado la oportunidad de ser feliz, el individuo que no tiene interés en el mantenimiento de la ley civil, es el enemigo. Por eso ha sido preciso, en el desarrollo de las sociedades, asegurarle una porción de propiedad a fin de interesarlo; y a falta de esto, fue preciso excluirlo como a un ser envilecido, embrutecido, y por ello incapaz de ejercer una parte de la soberanía... He aquí una razón política, sin duda. Pero es aquí donde comienza la larga cadena de injusticias e inequidades. El hombre feliz es el único digno de la Naturaleza. Se trata de recuperar la lógica vital de la Humanidad, como especie: los elementos y las condiciones que, como parte del planeta, el ser humano plantea y requiere para su desarrollo natural: el estado de Felicidad.

Sin pareja, no hay salud ni felicidad. Que el humano aprenda que su verdadera gloria es la de vivir como humano; que a su voz se callen los enemigos de la naturaleza; que el ministro de la más sublime de las religiones, que debe llevar palabra de consuelo al alma entristecida del infortunado, conozca las dulces emociones de la efusión; que el néctar de la delicia lo transforme en sinceramente penetrado de la grandeza del autor de la vida, como verdaderamente digno de la confianza pública, y será el hombre de la naturaleza y el intérprete de sus decretos. Que escoja una compañera: ese día será el verdadero triunfo de la moral, y los amigos verdaderos de la virtud lo celebrarán de corazón; el sacerdote sensible bendecirá los tiempos de la razón gustando las primicias de sus beneficios.



viernes, 19 de abril de 2013

Axiomas para vivir en el Presente o Notas para una teoría del “Aquí y Ahora”...


El tiempo transcurre. La vida fluye. Los cambios son parte de una vida en desarrollo. Todo ser vivo debe, entonces, fluir, alcanzar etapas, cumplir metas y seguir en el camino. Resistirse a cambiar, intentar aferrarse a ideas, cosas, o personas, equivale a intentar vivir sin respirar o detener el cauce de la vida que fluye. Existen dos partes complementarias de la naturaleza humana: la sabiduría intuitiva y el conocimiento práctico, la contemplación y la acción social. Desde esta perspectiva, los seres humanos realizados se hacen, sabios por su quietud y exitosos por su movimiento.

A estas alturas del desarrollo humano, sociedades e individuos deben comprender con certeza su lugar en el mapa cósmico de la Naturaleza. Junto con los adelantos tecnológicos del nuevo siglo, la conciencia reclama el lugar que le corresponde al silencio y al pensamiento para equilibrar las políticas del miedo y el rendimiento, que rigen la vida de diario. Se trata de un asunto de intuición y de valor, de confiar en la fuerza interna que nos une con el fluir de la vida. Si el ser humano no puede confiar en sí mismo, en su propia naturaleza, entonces no puede confiar en nada ni en nadie; acaso esta es la causa de la gran confusión que reina en la vida de las sociedades modernas.

Hay que confiar en la naturaleza, humana y no humana, ya que es la misma, con su bien y su mal, con su bondad y su egoísmo. Pero para eso hay que recuperar y/o fortalecer los elementos que, en nuestra personalidad, nos permitan observar, comprender y afrontar la vida cotidiana, de manera más espiritual; esto es, guiada por la reflexión y la sensibilidad. Esa personalidad propuesta por el sentido común debe ejercer la sencillez, la humildad, el silencio, la compasión y, en general, el rechazo a tomar en serio la agresividad, la codicia y la presión. ¿Cómo podemos alcanzar una personalidad similar?. Una ruta es enfocar cambios de actitud en la vida de diario, para alcanzar un estado de tranquilidad y visión personal llena de certeza. Esos cambios de actitud pueden denominarse: “Axiomas para vivir en el Presente”:

La Calma y el Dominio de Sí
Una vez que la persona ha logrado tranquilizarse en su interior, puede dirigirse hacia el mundo externo. Ya no verá en sí la lucha y el torbellino de los seres individuales y poseerá la verdadera quietud necesaria para comprender las grandes leyes del acontecer universal y el modo apropiado de actuar. Quien actúa partiendo de esta posición no cometerá ninguna falta.

La Tranquilidad (Aquí y Ahora)
“Aquí y Ahora” para no olvidar que se vive en el presente y no perderse recordando lo que ya sucedió e imaginando lo que está por suceder. Porque aunque no se experimente el presente, se vive el presente. Porque el aquí y ahora es lo único que hay, aunque escurridizo. Porque no es estático, cambia. Y debemos cambiar también para sintonizarnos con el presente. Para cambiar se necesita practicar la simplicidad, la no interferencia, el desinterés, la quietud.

Por lo general, no nos damos cuenta de la tremenda contradicción que existe entre nuestros pensamientos y nuestras palabras, que tratan de ideas fijas, y la constante transformación de todas las cosas. Tal parece que nos hemos impuesto la tarea imposible de extraer fijezas del desarrollo. Nos olvidamos de que las palabras y los pensamientos no son el hecho real, sino símbolos, sonidos e imágenes que significan algo pero que no lo son. Tomamos el mapa por el territorio. Las palabras se utilizan para transmitir ideas, pero cuando las ideas son captadas, las palabras se olvidan.

Conexiones vitales
De acuerdo con el Holismo, todo es parte de todo, todo está interrelacionado. Por lo tanto, nosotros también lo estamos entre nosotros mismos. Un estado de mente receptiva o abierta nos permite captar los pensamientos y las vibraciones, agresivas o positivas, de las personas, lo cual nos permite, en muchos casos, controlar la situación, ejerciendo el control sobre nosotros mismos.

Lugares de poder
Hay que elegir, en la medida de lo posible, el lugar en donde vivimos, donde nos relacionamos o donde descansamos. El medio en donde te encuentras afecta definitivamente tu vida. El lugar donde decidas vivir puede definir tu vida o tu muerte. Hay personas que son atraídas no sólo por una ciudad sino a lugares específicos dentro de ella, con base en los valores e intereses que puedan tener. Lo ideal es que puedas vivir en un espacio que te de fuerza. Por eso es necesario que desarrolles la sensibilidad, para poder descubrir cuál es el sitio que te dará el poder del bienestar.

Sentido del humor
Para poder reír verdaderamente, es necesario soltarse, dejarse ir. La capacidad de tener sentido del humor, aún en situaciones peligrosas, permite estar relajado y actuar con armonía. El humor es el antídoto para la ira y se puede, incluso, evitar un enfrentamiento, si se es provocado.

No al miedo
Desprendiéndose del miedo se puede cambiar la vida. El miedo contrae los músculos, altera la voz y crea pensamientos de inseguridad. Es bueno relajarse cuando se siente miedo. El miedo hace huir de las situaciones que presenta la vida y, por lo tanto, impide realizarse como ser humano. La manera de abrirse camino es abordando las situaciones, usando la sabiduría intuitiva para ir superando los obstáculos.

Cuando una persona pretende intimidar tratando de imponerse sobre los demás, lo más probable es que esta persona sea víctima del miedo y que su actitud sea sólo una forma de esconderlo. En este caso, lo que se debe hacer es utilizar la misma fuerza agresora y hacerla regresar a su lugar de origen, para que el agresor acabe siendo afectado por su propia acción. Otra manera de vencer al miedo es no sentir odio hacia nadie.

La madre del mal es la ignorancia. Quien actúa con maldad es porque no sabe; por lo que hay que tener compasión por los ignorantes-maliciosos. Cuando se tiene razón, cuando se actúa correctamente, con responsabilidad, se cuenta con la fuerza de la razón y, en la mayoría de los casos, la fuerza estará de su lado. Es preferible valernos de nuestra intuición porque el miedo no nos ayuda a desarrollarnos, sino que nos bloquea el flujo de energía

El miedo también se vence con el Amor, el cual desbloquea y relaja. De este modo, el miedo se disuelve y uno descubre que una gran parte del temor es puramente psicológico, imaginario.

Dejar las cosas en su lugar
No interferir significa asumir una actitud receptiva en la vida. Receptividad significa no interferencia y esto indica no imposición. Es decir, no pretender imponer, por ejemplo, puntos de vista o formas de ser, a otros. Las cosas se deben dar suaves y sin forzarlas, ya que si se tiene que presionar algo para que suceda, sólo indica que todavía no es tiempo para esa acción. Es mejor seguir y dejar que las cosas maduren solas; así se evitará forzarlas y esforzarse innecesariamente.

La Humildad
La humildad indica sabiduría y no puede existir la sabiduría sin humildad. Se tiene que aprender a bajar la cabeza, no en forma servil, sino con una actitud flexible y receptiva ante la vida, sin querer imponerse. Aceptar lo bueno y lo malo que ofrece la naturaleza por medio de sus ciclos: de frío, de calor, de lluvia y de sequía, mediante los tiempos de abundancia y de carencia. La humildad sola no servirá de mucho si no se acompaña de las otras prácticas como el desapego, la sencillez, el desarrollo de la intuición, la compasión, la austeridad, etc... ya que todas estas forman un todo, una disciplina que con el tiempo se debe transformar en un modo de vida.

La no violencia
¿Se perciben claramente las sensaciones y la tensión que se sienten cuando se piensa en un enfrentamiento de tipo físico con alguien?. Aún el conflicto verbal es muy desagradable. Se repele el conflicto sólo de pensar en él.

Las ideas incorrectas causan contradicciones en la vida porque llegan en un momento en el que se entiende que las cosas no son como se nos han enseñado. Por eso es necesaria la relajación y/o la meditación, para volverse cada vez más intuitivo. Si se aprende a confiar en los mensajes de la intuición, se evitará causarse daño y causarle daño a los demás. Causarte daño a sí mismo va, desde los excesos de todo tipo, hasta las tensiones y las presiones constantes. También se puede uno hacer daño mediante la crítica y la culpa. Sin embargo, cualquier forma de daño es innecesaria.

Si se desechan los pensamientos y las acciones perjudiciales, uno comienza a quererse y a respetarse más. Luego de que ocurra este cambio en nuestro interior, el segundo paso será extender esa autoestima hacia los demás volviéndose un ser compasivo hacia toda la vida que nos rodea. Al alcanzar este grado de sensibilidad, lo más probable es que uno se vuelva vegetariano. Después de dejar atrás el condicionamiento y abrirse a sentimientos más profundos, se descubre que toda vida es sagrada. No se debe temer abrir la mente y el corazón a la propia y natural gentileza.

Estar o Ser centrado
Estar centrado significa estar relajado física y mentalmente, emocionalmente en paz, espiritualmente alerta. Estar centrado requiere conocerse a sí mismo. Significa ser una persona espontánea y, por ende, impredecible. Pero no es suficiente estar relajado, en calma y alerta. Se necesita percibir el ritmo interno que de manera espontánea dirige las acciones y las reacciones. Tener confianza en la naturaleza le permite a uno funcionar como se debe, en cada situación.

Ni la mucha experiencia ni lo muy planificado puede brindar verdadera garantía de nada, así es que hay que ser espontáneo. Dejar que los esquemas mentales sobre la realidad se disuelvan, y sentir el sol en la cara, el viento en el pelo, el agua en el cuerpo, la tierra en los pies y la paz en el corazón.

Vaciarse
Hay que dejar que los pensamientos se aquieten, tal vez por medio de la meditación o caminatas por la montañas o un parque, para ayudar a que la ansiedad y la constante actividad vayan disminuyendo. Recordar que no se va a ningún lugar y que el futuro no existe. Lo real es el aquí y ahora, el eterno presente. ¿Cuál es el apuro?. Se busca la serenidad y la calma. Mientras más vacío y depurado se esté, más se percibirán los mensajes de la intuición que van llegando como llegan las olas del mar a la playa. La vacuidad, la tranquilidad, lo insaboro, el silencio y la no interferencia son las raíces de todas las cosas.

Desapego (clave de la libertad)
El universo se transforma constantemente. Resistirse al cambio es inútil y frustrante. Para vivir en armonía y sin esfuerzo se necesita fluir con los cambios que la vida presenta. La alternativa es el sufrimiento. El desapego ayuda a desechar toda la carga innecesaria, quedando uno libre para dejarse llevar. Los apegos afectan todo lo que se hace. Cualquiera que sea el apego, nos esclaviza.

Mientras más apego, más dependencia; mientras menos apego, más libertad. Es sencillo de decir pero difícil de llevar a cabo. Los apegos nos controlan. Nuestras ideas determinan quiénes son nuestros amigos, donde vivimos y todo lo demás que hacemos. Sólo cuando uno se suelta de lo que piensa que sabe y de lo que piensa que posee, cuando uno se deja llevar y se sintoniza con la fuerza, entonces comprende que vale más ser libre que estar apegado; de alguna manera, dependiente.

Tomar camino
El mejor camino (camino sagrado) es el que se toma con el objetivo de vencerse a uno mismo, para poder obtener la liberación. En la medida que uno se desprende de cosas y apegos, se vive menos preocupado y ansioso; al sentirse mejor se puede hacer sentir mejor a quienes nos rodean. Sin impulsos ni obsesiones, sin necesidades, sin atracciones, la vida está bajo control, y se es una persona libre.

Sabiduría intuitiva
Al dejarse llevar por la intuición, la vida será una aventura, prácticamente sin esfuerzo. El primer paso para permitir que la intuición dirija la vida es saber cómo utilizar la “lógica”. La llamada lógica sirve para hacer transacciones y trámites, utilizar un mapa y estudiar; o sea, operaciones que encajan dentro del sistema lineal y mecánico. En cambio, para las cosas verdaderamente importantes de la vida, se debe confiar en la intuición. Uno de los fracasos en el uso de la lógica, cuando vamos a tomar una decisión, es que ésta nunca tiene suficiente información para tomar la decisión correcta. La intuición sí la tiene. Por eso sí sería “lógico” guiarse por la intuición.

Cuando la parte consciente de la mente está relajada, puede abrirse a la intuición; pero cuando trata de controlar eso que se recibe intuitivamente, la conexión se rompe. De hecho, cada vez que conscientemente se trata de conducir la vida, de cualquier forma, la intuición se mantendrá dormida, silenciosa. La intuición constituye el canal directo del subconsciente, y el subconsciente es el que está conectado con todo, no tiene límites.

La Mente abierta
Mantener la mente abierta. La mayoría de la creencias que tenemos son meras ilusiones. Sin embargo, nos aferramos a ellas. Una actitud desapegada y receptiva es la condición necesaria para tener éxito en nuestra búsqueda. ¿Observamos la mente lo suficiente para darnos cuenta de la lucha y las contradicciones que ocurren dentro de ella?. Sólo con atención y honestidad nos damos cuenta de que dentro de nosotros existen opiniones e ideas encontradas sobre las situaciones más importantes de la vida. Y esto se debe a que no sabemos verdaderamente quién somos o quién no somos.

El universo, la naturaleza, la fuerza, no cesan en su eterna transformación. La meta es reconectarnos con ellos para poder desarrollarnos. Si la persona está llena de sí misma se le hace imposible reconectarse. Lo ideal es estar vacíos, ser humildes y receptivos, para que la energía universal pueda fluir. El compromiso de no seguir aferrados a concepciones dogmáticas es indispensable, ya que la fuerza cósmica sólo fluye y no se basa en dogmas. Hay que dejar de ver lo que se quiere ver, y  comenzar a ver lo que verdaderamente es. Y checar el resultado.

El no yo es el verdadero “Yo”
Lo que llamamos “lo real” es muy relativo, ya que depende de cómo se vea o se perciba. Ninguna entidad en el universo existe independientemente porque todo es parte de todo. Lo que existe es la interrelación en donde todo existe en relación con todo lo demás. El yo separado es una invención, una fantasía. El no yo es lo verdadero, lo real. Lo único que nos queda por hacer es fluir con esa totalidad, con ese cosmos, como la gota de agua en un río.

Proyectándose
Nuestra forma de vida tiene que ver con la manera en que nos proyectamos a los demás. Las vibraciones, la energía, que emanan de uno son su proyección. Estas vibraciones no se ven pero se sienten. Por eso nos sentimos muy a gusto platicando, trabajando o conviviendo con ciertas personas y con otras nos sucede totalmente lo contrario. En el primer caso existe afinidad, en el segundo, rechazo. Este fenómeno tiene que ver con las vibraciones de cada persona. Para que exista compatibilidad tiene que haber una persona con vibración activa y otra pasiva, en alternancia; es el principio del Yin y el Yang. Es necesario que nuestra proyección influya positivamente a los demás.

Poder
La energía del universo. La depuración personal permite el flujo de esa energía a través de la unidad mente-cuerpo, sin esfuerzo. La cantidad de poder disponible en cada situación depende precisamente de cuán fácil pueda fluir la energía a través de cada uno y que no se utilice este poder con razones ego-istas. Si nos dejamos guiar por esta fuerza, con un espíritu no yoísta tendremos el poder y nada podrá hacernos daño. Para poder canalizar la fuerza que da el poder, se debe enfrentar cada situación sin premeditación, ya que cada una es diferente y amerita diferente tratamiento. Por eso, la no premeditación permite darle salida favorable a cada acontecimiento, permitiendo que se lleve a cabo, a través de uno, la acción o no acción necesaria.

Este poder universal (energía vital) es el que nutre y da vida a cada uno de nosotros. Se debe mostrar respeto a la Totalidad, por este regalo, utilizando el poder de una forma no egoísta, desinteresada. De este modo, uno descubre el bienestar personal.

Maestría
Para transitar el Camino, lo que más se necesita es la sensibilidad y la intuición, y muy poco el intelecto. La adquisición de sabiduría depende de un proceso de desaprendizaje que va siendo dirigido. Se van disipando las ilusiones y uno se va convirtiendo en un ser más natural y espontáneo, confiando cada vez más en la intuición. Se enseña más que con las palabras, con el ejemplo; vive libre y sin deseos, prácticamente sin necesidades, sin cosas que lo atraigan, con la vida en orden (orden natural), austero y sencillo. Enseña, con el ejemplo, la no violencia y el desapego.