domingo, 27 de abril de 2008

La Razón: Guía del Sentimiento

La razón es la perfección por medio de la lógica. La lógica es la facultad que nos lleva a comparar. Hay verdades que sólo el sentimiento puede demostrar: son las verdades de los sentimientos. Hay verdades de lógica pura: todas las verdades matemáticas, por ejemplo. En las ciencias morales, una verdad del sentimiento desarrollada por una lógica natural da por resultado la razón, o una serie de verdades que perfeccionan a la sociedad y que prescriben reglas de conducta.

Hay una lógica universal, común a todas las naciones, a todos los siglos. La razón es como la verdad, como el sentimiento natural. Es preciso no confundirla con el prejuicio ni con la mentira. La razón es precisada por el sentimiento, del cual es la regla. El sentimiento es ardiente, vivo, precipitado. La razón se forma en la calma de las pasiones: ¿Llega la tempestad?. Entonces la persona recuerda resultados, principios de los cuales está imbuido, se modera y se guía.

Todo es posible a los ojos del sentimiento; de ahí esos fantasmas que la imaginación agiganta hasta lo infinito y que sólo la razón puede desvanecer. Lo que en realidad ha sido, es lo que és a los ojos de la razón. Lo que es, es lo que ella concibe posible. El humano no debe entregarse al impulso de sus sentidos sino en tanto le sea preciso para su conservación animal. Por el sentimiento gusta de los verdaderos placeres. La razón no sólo le asegura su duración sino, más aún, se los procura bastante vivos para merecer un lugar distinguido en el repertorio de sus gustos.

Todos los goces de la observación pertenecen a los de la razón. Por ellos, el ser humano se perfecciona. Un acto de perfección es un acto de fuerza, de poder. De ahí que el sentimiento de su excelencia impresione en tal caso agradablemente al individuo, y éste goce.

Por medio de la razón se prevé y se aconseja. La razón traza nuestros deberes y modifica el sentimiento de nuestros derechos; la razón prevé el futuro aprovechando el pasado. Si el sentimiento hace nacer a la sociedad, la razón la mantiene aún. La razón se desarrolla en el sentimiento natural y engrandece al alma.

El sentimiento solo, nos lleva a la virtud; el sentimiento exaltado por la razón nos lleva al heroísmo. Esta fuerza indomable, esta calma inalterable, es la perfección de la sabiduría. Si el estoico desprecia a la muerte, si aprecia el dolor, si lo sobrepasa y si lo desprecia al mismo tiempo, es por la fuerza de la razón. Si apaga en su corazón todos los sentimientos para dar curso solamente a los de la fuerza y la virtud, si no da nada a los sentidos, a la imaginación, al azar; si todo es en él fruto de la filosofía y de su deber, su vida es el reinado de la razón.