domingo, 28 de junio de 2009

Valores para retomar


El Valor del Tiempo.

¿No es verdad que el tiempo es algo que debe apreciarse en pesos y centavos? Malgastarlos es mal gastar dinero, es perder lo que no puede recuperarse. Debemos recordar esto: “tu día es oro”. Tus horas no deben pasar sin que saques de ellas algún provecho. Esto no significa que se te impida dedicar algún tiempo al recreo o al descanso. Ambos son necesarios. Poniendo orden en el día se puede disfrutar de todo. Trabajarás y descansarás; habrá hora de trabajo y horas de placer.

Se dice con triste certeza, cuando no se ha hecho nada útil durante el día, que se ha perdido el día. Aprendan el valor del tiempo y prepárense para no perder un segundo. La vida es valiosa pero es necesario disponerse a vivirla noblemente. Si te decides, puedes hacer mucho en ella no desperdiciando el tiempo. Que al hacer el resumen de tus actos, puedas decir con orgullo: “Hoy he aprovechado mi día”.


El Placer del Trabajo.

¡Qué lentas son las horas cuando no se hace nada! Se dice que un abogado decía que su defendido no podía haber cometido el crimen que se le imputaba porque cinco minutos no eran suficientes para cometer las cosas que se le atribuían. El fiscal propuso: “Señores del Jurado: Vamos a permanecer cinco minutos callados, atentos al pasar del tiempo; veremos qué tan largos son”. ¡Qué largos parecieron los cinco minutos a los señores del Jurado!

Lentas las horas que pasamos sin hacer nada, pero ellas nos enseñan una gran verdad, que debemos recordar siempre. El trabajo es la alegría de la vida. La vida sin trabajo, es una angustia. Las horas de trabajo, pasan inadvertidas cuando trabajamos con gusto, cuando ponemos toda nuestra alma en lo que estamos haciendo.

¿Quién no quiere adelantarse, empezar cuanto antes la obligación del trabajo, estando en pleno vigor juvenil, sintiendo que nos sobran bríos y energías. En esta obligación está la felicidad de la vida. Levántate por las mañanas contento porque vas a trabajar. Rinde tu labor cotidiana, con la misma alegría con que empezaste. Después, el descanso te parecerá más agradable.

¿No has oído la queja de quienes trabajan sin placer? ¿No has oído el lamento de los que viven sin trabajar? Para ellos, la vida no es vida; es carga, es sufrimiento.

Pon alegría en tu labor. Ella es como el sol, que todo lo hermosea.


El Éxito de la Perseverancia.

La perseverancia es la virtud que todo lo vence. Con verdadero espíritu de perseverancia, tarde o temprano han de llegar al término del viaje. El éxito es la perseverancia.

Hay quien tiene, en el principio de la lucha, un empuje extraordinario. Al verle, uno piensa enseguida en el éxito de su labor. Pero no es así. Le falta la virtud de la perseverancia y después de los primeros esfuerzos se rinde. Es un cobarde, un vencido.

Persevera. Acostúmbrate a ello. Es un hábito como cualquier otro. Es una disciplina del espíritu que se puede adquirir si nos ocupamos de ello. El ser humano que no sabe de la perseverancia es un fracasado. Tendrá que triunfar siempre con el primer esfuerzo, y eso raras veces sucede.


La Dignidad de la Sencillez.

La sencillez es la mejor condición humana. ¡Vida sencilla! La humanidad desea regresar a la primitiva sencillez, después de haberlo complicado todo. Sencillez en el vestir, sencillez en nuestras relaciones, sencillez en todo.

¿Quieren ser sencillos? Que su alma lo sea. Vístanla de sencillez y así lograrán que todas las manifestaciones de su vida sean expresión de sencillez espiritual. Alto a todo lo que es aparatoso y complicado. La vida es sencilla. Es el ser humano quien la ha hecho difícil. La sencillez hace la vida más adorable y hermosa.


El Valor del Carácter.

El carácter es la fuerza del ser humano. Nada resiste a su influjo y su poder. El carácter vale más que la inteligencia.

El carácter no s energía solamente. Es energía y bondad. Ser persona de carácter, es ser fuerte y compasivo a la vez; y saber ser fuerte, cuando es necesario serlo, así como saber ser compasivo, cuando es imprescindible la compasión.

Desgraciadamente, siendo el carácter la principal condición del ciudadano, se descuida su formación en los hogares y en las escuelas. Sin embargo, podemos hacer nuestro carácter: Persiguiendo el bien. Diciendo siempre la verdad. No rindiéndonos ante el halago. Sabiendo cumplir con nuestros deberes. Nutriendo al corazón de bondad. Rechazando con el pensamiento toda influencia malsana. ¿Qué mejor título podemos obtener de los demás si, al vernos pasar exclaman: “Esa es una persona de carácter”.


El Poder de la Bondad.

Tener un corazón bondadoso, es tener una joya de inapreciable valor. ¡Qué hermoso es saber mirar siempre el lado bueno de las situaciones! Se ha dicho que no hay maldad en el ser humano, que solamente hay grados de bondad. Puede ser.

La bondad vence siempre. Aunque la veamos abatida, derrotada; no importa. Como su triunfo es siempre definitivo, tarda más en llegar. Encuentra más obstáculos en su camino. El triunfo del mal es siempre efímero. El mal triunfa por la cobardía del bien. Por eso es que siempre hay que exaltar la bondad del corazón. Recordando que en toda alma hay algo de bondad, podremos entender cuál ha de ser la labor: Desarrollar ese algo de bondad. Cultivar ese sentimiento en el corazón. Nada contribuye tanto a la felicidad de la vida, como la bondad. Sean buenos.

No hay comentarios.: