El enigma del progreso
Estamos engullidos en un universo sin límites, lo mismo en el tiempo que en el espacio, que nada ha comenzado que no tenga un término; y en el pasado como en el porvenir hay tantos miles de millones de años como pueda uno imaginarse en el insondable infinito, que la extensión de la eternidad de ayer, lo mismo que la de mañana, son exactamente idénticas. Todo lo que hará este universo debió haberlo hecho ya, dado que ha tenido muchas ocasiones para hacerlo y aún las tiene y las tendrá, que todo lo que no ha hecho es porque no podrá hacerlo nunca; porque que no hay nada en el tiempo ni en el espacio que deba agregarse ni aumentar lo que ya posee. Necesariamente ha intentado todo género de esfuerzos antes y todas las experiencias que intentará mañana, que todo lo que ha ocurrido, habiendo tenido las mismas oportunidades, es exactamente igual a lo que sucederá.
Pero si el número de combinaciones es realmente infinito, se puede decir que la tierra es una experiencia incompleta, puesto que tanto el mal como el dolor la llevan aún lejos del bien y la felicidad. Si la experiencia falta, nosotros seremos las víctimas; pero esto no impide esperar que nuestros esfuerzos cambiarán algo hacia combinaciones que serán mejores en otros lugares o en otros tiempos. Si la experiencia falta, esto no quiere decir que otros no hayan tenido éxito y que en este mismo instante no sean más felices en otros mundos diferentes. Y aún cabe suponer que en el infinito de sus combinaciones y experiencias, los más felices tiendan a fijar y a palpar esa realidad, y que en vista de lo infinito del número, triunfarán en el porvenir en lo que no pudieron triunfar en el pasado.
¿Quién habría osado prever que sobre esas rocas y metales liquidados habría de nacer un ser que se habría de hacer el dueño y señor del globo, bajo la denominación de la inteligencia y la conciencia humana?
¿Es posible concebirse una evolución tan sorprendente como inesperada? ¿Qué podrá sorprendernos después de tan sorprendentes resultados? ¿No estamos capacitados de esperar cosas más grandes y sorprendentes aún, después de lo que ha pasado? ¿Si este mundo ha salido de una especie de negación de la vida, de la esterilidad integral y peor que la nada para terminar en nosotros, a dónde irá a parar después de nosotros? Si su nacimiento y su formación se elaboraron en medio de tales prodigios, ¿qué maravillas no nos reservará su existencia, su prolongación indeterminada y su disolución?
Hay una distancia inmensa y transformaciones inconcebibles de la horrible y única materia desde los primeros días hasta el pensamiento humano del momento actual; y habrá, sin duda, una distancia parecida y también poco concebible entre el pensamiento de hoy y el que sucederá en el infinito de los tiempos.
Habitamos, si no un universo, al menos una tierra que todavía no ha agotado su porvenir y sus sorpresas; y que está más cerca de su principio que de su fin. La tierra apenas nació ayer y está en la primera etapa de sus esperanzas y de sus experiencias. Nosotros creemos que camina hacia su muerte y es todo lo contrario, pues todo su pasado nos demuestra que es mucho más probable que marche hacia la vida. En todo caso, a medida que pasan sus años, la cantidad y sobre todo la calidad de la vida que engendra y alimenta aumenta y se mejora. No nos ha dado más que las primicias de sus milagros; y probablemente no hay más relación de lo que es a lo que fue, ni de lo que es y de lo que será. Sin duda que cuando aparezcan sus más grandes maravillas no tendremos tal vez nuestra vida actual; pero bajo otra forma, nosotros estaremos allí, existiremos en alguna parte, en su superficie o en sus profundidades, y no es menos inverosímil que uno de sus últimos prodigios no nos saque del polvo en que existimos, nos despierte y nos resucite para hacernos gozar nuestra parte de dicha que no habíamos tenido y nos enseñe que estábamos errados al no interesarnos, más allá de la tumba, en los destinos de esta tierra de la que habíamos dejado de ser los hijos inmortales.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario