domingo, 28 de octubre de 2012

El Sentimiento.


¿Qué es el sentimiento?. Es el vínculo de la vida de la sociedad, del amor, de la amistad. Es el que une el hijo a la madre, el ciudadano a la patria. Es, sobre todo, poderoso en el ser unido a la naturaleza. La disipación, los placeres de los sentidos, embotan la delicadeza; pero en el infortunio, el ser humano vuelve a encontrarlo siempre: este agente consolador no nos abandona enteramente más que con la vida.

¿No queda claro todavía?. Sube a cualquier montaña que encuentres a tu paso, observa al sol elevándose gradualmente, llevando el consuelo y la esperanza a los pobladores de los campos. Que el primer rayo que lance sea recogido por tu corazón. Recuerda bien las sensaciones que sientas. Luego, desciende a la orilla del mar; observa al mismo sol en su caída, precipitarse con majestad en el seno del infinito: la melancolía te dominará y te podrás abandonar a ella. Nada se resiste a la melancolía de la naturaleza. Extravíate en el campo, refúgiate en la modesta cabaña del pastor; pasa ahí la noche, descansando sobre pieles curtidas, el fuego a tus pies. ¡Qué momentos!. Llega la media noche; los animales de los alrededores salen para pacer; su balido se confunde con la voz de sus pastores: es media noche, no lo olvides. ¡Qué momentos para entrar en el propio ser interior y meditar sobre el origen de la naturaleza, gustando las delicias más exquisitas!.

No es absolutamente humano quien no haya gustado la dulzura, la melancolía, los estremecimientos que inspiran la mayor parte de las vivencias. Pero muchos se quejan de la naturaleza y aún se preguntan por qué han nacido. Sufren con impaciencia males pasajeros, y corren con furor tras los vacíos de la vanidad, de las riquezas. El ser humano considera hermoso rodearse de todos los bienes de la fortuna; desde que sus sentimientos huyen de su corazón, el aburrimiento se apodera de él; la tristeza, la negra melancolía, la desesperación, se suceden, y si este estado perdura, llega la muerte.

Por el sentimiento, gozamos de nosotros mismos, de la naturaleza, de la patria, de los semejantes que nos rodean. Nos hace conmovernos ante el aspecto de las diversas alternativas de la vida. Si el sentimiento nos transforma en amigos de lo bello, de lo justo, nos subleva asimismo contra el opresor y el miserable. ¿Algo o alguien te inspira respeto, confianza?. Son el respeto y la confianza del sentimiento.

Puesto que para ser feliz es preciso sentir; puesto que el sentimiento es la conmoción que nos afecta tan deliciosamente ante las perspectivas variadas de la naturaleza; puesto que el sentimiento nos une al país, nos inspira el amor, la amistad, la gratitud; puesto que es el vínculo que une al ser humano a la inteligencia superior, al individuo a la sociedad, el humano al humano; en consecuencia, por él y para él vivimos. Por tanto, se debe buscar, sobre todo, desarrollarlo, hacerlo crecer según el impulso del bien natural. Evitarás los obstáculos de toda especie que lo apagan o destruyen y hacen del individuo un ser ficticio, secundario, instrumento de otro, y, desde entonces, de su desgracia.

Pero ¿qué sentimientos se le deben inspirar?. Los de la naturaleza. Una mujer es necesaria en la condición de la organización animal de la especie; pero lo es mucho más para el complemento y la satisfacción del sentimiento. Es la compañía de la naturaleza, hecha expresamente, modificada expresamente; que la reciba, por lo tanto, como tal y que, identificándola con su ser, llegue a serle inseparable. Que su corazón se expanda en su otro yo. Cuanto más fuertes sean contra los deseos desordenados, uno y otra serán más sensibles a los encantos de la vida. La dulzura de la unión corregirá las severidades de la quimera, hará más tierna la melancolía, los goces más variados, el sentimiento más abundante y más fértil aún.

Pero actualmente, la imaginación desordenada es la causa y la fuente de todos los males de la especie humana. El individuo desdichado y caprichoso no puede ser bueno. ¿Sabes a dónde conduce la rebelión contra los decretos de la naturaleza?. Al desorden más horrible, a la disipación reflexiva, algunas veces a la hipocresía más odiosa. La inquietud, el disgusto, la enfermedad, la muerte desoladora de la soledad, son la herencia de quien no se desarrolla con el ritmo de la naturaleza, dado que viola las leyes primordiales. Nacemos desiguales en medios, sin duda, pero iguales en derechos. Si adoptas cualquier otro principio verás destruirse la planta humana, languidecer en la angustia y no tener de la naturaleza más que el rostro.

Es preciso hablar al sentimiento su lenguaje. Sin fuerza, sin energía, no hay virtud ni felicidad. La música nace con el ser humano y, como la mayor parte de las artes, se perfecciona con la sociedad, se corrompe con ella, se regenera con ella; la música es a la vez un beneficio del sentimiento, como un medio para regirlo. A toda edad, en todas las situaciones, aún entre los animales, la música consuela, regocija, conmueve agradablemente.

El sembrador une su voz rústica al silbido del pájaro pequeño, su alma se expande, sea que él cante sus amores, sus deseos o sus desgracias, su trabajo, y con ello el fardo de sus penas se encuentra aligerado. No debemos, por tanto, proscribir a la música, esta tierna compañera del ser humano emocionado, esta inspiradora del sentimiento. Que aumente ella aún el número de sus goces y que, saboreando a pequeños sorbos todos los encantos de la melodía, el individuo se convenza más íntimamente de las delicias del sentimiento, de la felicidad de la vida campestre, de la inocencia de la primera edad.

Si las naciones tienen el sentimiento depravado, todos los absurdos encuentran crédito, todos los crímenes encuentran defensores. Religión, legislación, moral, derechos, todo es un caos. Que todas nuestras instituciones no tiendan sino a depurar de toda introducción extraña a este sentimiento de la conciencia, y él sabrá conducir a los individuos a la virtud y a la felicidad. Nada de código moral, nada de catecismo de probidad; no son más que palabras que es preciso enseñar a los pueblos; el sentimiento natural es el que hay que impedir que se corrompa.



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