lunes, 16 de noviembre de 2009

Boletín No. 150 - En voz alta IV
 

1 comentario:

Isabel dijo...

Puedo comprender esa fascinación por los héroes y maestros del pasado, puedo entender lo que son capaces de aportarnos y de desarrollar en una mente inquieta.
Pero deseo dejar aquí una reflexión que creo importante: la mujer no es sólo un rostro y un alma. Eso no es más que la superficie.
En un sólo rostro de mujer hay mil caras y en una sola alma, mil heroínas anónimas.
Mujer-madre, mujer-amante, mujer-superviviente, mujer-profesional, mujer-filósofa... y tantas otras facetas que se unen a veces pasando desapercibidas para los ojos del hombre.
Mil almas que renacen cada día, desde las situaciones cotidianas hasta las más límite. Mujeres que superan malos tratos, violaciones, vejaciones, enfermedades, la muerte de hijos y esposos, y sobreviven porque sus almas son de heroína, porque cada faceta del dolor en ellas tiene su vuelta en otra de optimismo, alegría o supervivencia.
No somos una sola alma, un solo rostro, aunque cierto es que el amor es algo voluntario.
A riesgo de haberme alargado, sólo quería manifestar lo que vivo a diario y lo que veo en otras como yo.